Hoy me apetece hacer crepes. Son muy versátiles, se pueden rellenar con casi cualquier cosa y van muy bien para aprovechar restos en casa. Aunque hablando con propiedad lo que vamos a hacer hoy son galettes.
Las galettes son una especialidad de la región francesa de Bretaña. Se trata de una variante de las crepes en la que se utiliza para la masa harina de trigo sarraceno en lugar de la de trigo candeal, y con agua en lugar de leche.
En Bretaña se rellenan las galettes con ingredientes salados y las crepes sólo se usan para los dulces. Pero esta masa se puede usar sin ningún problema con rellenos dulces, a mí me vuelven loca estas galettes o crepes con sirope de arce.
Tiempo de peparación: 45 minutos + 2 horas de reposo de la masa, el tiempo de reposo mejora la textura de las crepes pero tampoco pasa nada si os lo saltáis.
Raciones: 8 crepes (en sarten de 24 cm).
Ingredientes:
150 g de trigo sarraceno.
350 ml de agua.
Un huevo. El huevo se añade para dar elasticidad a la masa, se puede hacer sin él pero los crepes resultan bastante complicados de manejar. Si queréis hacer más masa no multipliquéis los huevos, podéis doblar las cantidades de agua y harina con un solo huevo.
Una pizca de sal.
Un chorrito de cerveza. Opcional.
Preparación:
Meter todos los ingredientes en una batidora y mezclar.
Dejar reposar la masa, si habéis elegido hacerlo, durante un par de horas. Se puede guardar la masa cruda en la nevera hasta un día, en ese caso mejor sin el huevo y lo añadís antes de hacer las crepes.
Una vez reposada la masa la removéis para homogeneizarla porque tiende a decantar (el trigo sarraceno se va al fondo) y le podéis añadir otro chorrito de cerveza.
Calentar una sartén a fuego medio-bajo. Aquí viene lo de la elección de la sartén, bordes bajos, doble sartén, crepera… yo las hago en una sartén normal y corriente (antiadherente, eso sí) de 24 cm. Y se hacen estupéndamente, pero si os resulta más fácil se puede usar lo que sea.
Engrasar la sartén con un par de gotas de aceite usando un papel de cocina. También se puede engrasar con mantequilla o incluso con manteca de cerdo.
Remover la masa y coger un poco con un cucharon o cazo. Para haceros una idea de la cantidad de masa en mi cazo caben 7 cucharadas soperas.
Poner la masa en la sarten y extenderla. Hay dos técnicas que funcionan bien: la primera, hacer movimientos circulares con la sarten hasta cubrir el fondo (podéis incluso desechar el sobrante de masa aún líquida, vertiendo desde la sartén al cuenco de la masa, queda una rebaba de crepe que se puede cortar con la espátula y listo). La segunda, pegando el fondo del cazo a la masa vertida y extendiendo la masa con movimientos en espiral desde el centro.
Cuando los bordes de la galette se despeguen de la sartén y la masa haya dejado de brillar se le puede dar la vuelta. Lo más fácil es despegar con cuidado una esquina con la espátula (o con un tenedor) y cogerla con las manos del borde. Como es muy finita en cuanto se despega de la sartén, se enfría bastante. Pero si no os atrevéis usad un par de espátulas de madera para darle la vuelta, la masa es más quebradiza que las de trigo así que hay que hacerlo con cuidado para que no se rompa.
Una vez dada la vuelta cocer por el otro lado un minuto o dos y sacar de la sartén.
La primera crepe sale mal bastante a menudo, sobre todo si había demasiado aceite en la sartén, la tiráis y volvéis a empezar.
No hace falta engrasar la sartén cada vez, solo cuando veáis que se empiezan a adherir escamitas de masa. Y basta con pasar el papel de cocina engrasado por la sarten sin añadir aceite de nuevo.
Hay que remover un poco la masa cada vez, porque si no lo hacéis acabaréis con una pasta bastante espesa al final.
Una vez cocinadas todas las galettes podéis rellenarlas con lo que más os guste: pisto, queso, jamón cocido, pavo, chorizo, champiñones…
Se pueden rellenar en frío o en caliente. Para hacerlo en caliente, podéis poner los ingredientes que queráis directamente encima de la galette en cuanto le dáis la vuelta mientras la cocináis, si estáis haciendo pocas.
Deje su comentario