Hoy vamos a hacer una cookie gigante (una skillet cookie) en versión saludable, si si, y apta para vegan@s y celiac@s. La receta original o al menos el sitio en la que la he encontrado es de la página www.wellplated.com.

Bajo la capa exterior ligeramente crujiente encontramos una galleta blandita, densa y un poco fundida con un sabor increíble. Se hace en molde redondo (18 a 24 cm está bien), aunque la masa también vale para hacer cookies normales cambiando tiempos de cocción.

El secreto de estas cookies son sus tres ingredientes principales: garbanzos, avena (yo he utilizado avena certificada sin gluten pero si no tenéis problemas con el gluten podéis utilizar cualquier avena) y mantequilla de cacahuete.

Lo de los garbanzos suena bastante extraño pero no dan absolutamente ningún sabor a la galleta y son imprescindibles para proporcionar la textura adecuada. En muchas recetas se usa harina de garbanzos con agua como sustituto del huevo porque da una textura parecida, aquí los utilizaremos tal cual, pero la idea es la misma.

La avena es la otra “harina” que vamos a utilizar. Ya hemos hablado en más ocasiones de las propiedades de la avena, podéis pinchar aquí para ver nuestro artículo.

La mantequilla de cacahuete proporciona la grasa necesaria, y un sabor delicioso, además son muy ricos en proteínas (contienen todos los aminoácidos esenciales), minerales (potasio, fósforo, hierro, zinc, cobre y magnesio fundamentalmente), vitaminas del grupo B y antioxidantes. Las grasas de los cacahuetes son grasas insaturadas principalmente oleico y linoleico.

La receta lleva más o menos un 7% de azúcar en forma de sirope de arce, que es una cantidad bastante razonable, y aun así es suficiente para endulzar. Además al no ser un azúcar refinado contiene minerales y vitaminas.

En resumen, esta es una galleta deliciosa, rica en proteínas de origen vegetal, que contiene un montón de nutrientes, de la que podemos disfrutar sin sentirnos culpables. Eso sí, con moderación, tampoco es cosa de inflarse a dulces aunque sean sanos.

Yo las hago sobre todo con pepitas de chocolate, aunque también están buenísimas con pasas o trocitos de frutos secos, o sin trocitos de nada.

Si no os gustan los cacahuetes o sois alérgicos, esta receta funciona probablemente también con mantequilla de almendras (quizás no con las mismas proporciones), tengo que probar un día. Pero si os animáis a probarlo vosotr@s por favor contadme el resultado de vuestros experimentos en los comentarios.


Raciones: 8 a 10.

Tiempo de preparación: 30 a 45 minutos.

 

Ingredientes:

  • Una taza y media (200 g) de garbanzos cocidos.
  • ¾ de taza de copos de avena sin gluten.
  • 4 cucharadas bien colmadas (2/3 de taza, unos 200 g) de mantequilla de cacahuete.
  • Media taza (120 ml) de sirope de arce, o sirope de agave o miel.
  • Una cucharadita de canela en polvo (o una cucharada de extracto de vainilla olos granos de una vaina de vainilla).
  • Una cucharadita de canela.
  • Una cucharadita y media de bicarbonato.
  • ¼ de cucharadita de sal, una pizca vaya.
  • Un par de puñados de chips de chocolate.
  • Aceite para engrasar el molde.
  • Opcional: 1/3 de taza dela bebida vegetal que más os guste.

Añadiendo la bebida vegetal se obtiene una galleta algo más bizcochosa. Sin líquido tendréis una galleta más densa y con un centro blandito y menos cocido (mi favorita). No os preocupéis, os podríais comer la masa cruda tal cual sin mayores problemas de digestión.

 

Preparación:

Precalentar el horno a 180ºC.

Poner todos los ingredientes salvo los trocitos de chocolate en el vaso de la batidora, thermomix o robot.

Triturar hasta obtener una pasta, pueden quedar trocitos o ser una pasta lisa, a mí me gusta más con trocitos. Si no vais a utilizar bebidas vegetales y queréis una masa más bien lisa os recomiendo que primero trituréis la avena sola para obtener harina de avena.

Añadir los trocitos de chocolate y mezclar bien.

Engrasar un molde redondo de 18 a 24 cm.

Poner la masa en el molde.

          

Humedecer las manos y alisar la masa. La mantequilla de cacahuete no funde demasiado al calentar, así que la cookie no se extenderá sola.

Meter el molde en el horno y cocinar durante 25 a 35 minutos hasta que el exterior esté seco pero el interior siga húmedo (pinchar la masa con un palito sale con algún trocito pegado, al revés que con los bizcochos).

 

Para servir:

Servir tibio, directamente sobre el molde si es de paredes bajas, se come con cuchara.

También se puede dejar enfriar por completo y cortar o romper en porciones.