Hoy vamos a hacer una “leche” merengada con bebida de arroz.
No tengo opinión personal sobre si la leche es buena, mala si se debe consumir o no; porque tengo intolerancia a la lactosa y beberme un vaso de leche o comerme un yogur equivale a varias horas de dolor y fluidos corporales descontrolados. Así que me ahorro plantearme si es ético lo que se les hace a vacas y terneros, y si se me ocurre comerme una pizza el castigo divino, karmico o lo que sea es inmediato y muy desagradable.
Por ello estoy encantada con el auge de los sustitutos de productos lácteos aptos para veganos. Y aunque hace ya muchos años que la leche en particular y la mayoría de los productos lácteos no forman parte de mi dieta (un poquito de queso de vez en cuando, muy curado sí que me como, me sienta mal pero a niveles tolerables. Los humanos somos masocas), a veces tengo algún momento nostálgico.
Y una de las cosas que me produce esa sensación es la leche merengada. Esa bebida cremosa, dulce, fresquita, llena de canela cuyo olor me transporta directamente a la infancia… y que evidentemente no puedo ni tocar. Afortunadamente para mis frustraciones lácteas, es un postre o bebida que ha caído bastante en desuso y la tentación no anda precisamente suelta en todas las esquinas.
Aunque no entiendo muy bien por qué (lo del desuso). Es una bebida deliciosa, reconstituyente, muy fácil de hacer y bastante resultona.
Se llama leche merengada porque lleva merengue, aunque si queréis una versión más sencilla (o no coméis huevo) os lo podéis saltar y también queda muy rica, aunque algo menos cremosa.
Y si no tenéis nada en contra de la leche de vaca esta receta sirve igual para una leche merengada clásica.
Si os va lo de experimentar en la cocina podéis cambiar la canela por cardamomo o jengibre por ejemplo.
Aquí tenéis la receta en vídeo. Más abajo podéis leerla como siempre.
Raciones: 2 vasos grandes.
Tiempo de preparación: 4 a 6 horas.

Ingredientes:
- Medio litro de bebida de arroz.
- Cuatro cucharadas de panela.
- Dos claras de huevo.
- Una rama de canela.
- La piel de un limón (ecológico y sin tratar a ser posible).
- Canela en polvo.
- Una pizca de sal (una pizca de verdad, muy pequeñita. Ayuda a montar las claras).
Preparación:
Lavar el limón y pelarlo. Con cuidado de no coger la parte blanca de la piel que amarga.
Poner la bebida de arroz en un cazo junto con la rama de canela partida, la piel de limón y dos cucharadas de panela.

Calentar a fuego suave hasta que el líquido empiece a hacer burbujitas (antes de que hierva).
Apagar el fuego y dejar infusionar tapado durante al menos un cuarto de hora.
Colar para retirar los trozos de canela y limón.
Opcional: añadir una cucharadita de canela en polvo.
Meter la bebida en un recipiente con tapa (si es más bien planito mejor) y ponerla en el congelador.

Cuando empiecen a formarse cristales de hielo triturar con una batidora. Dependiendo del recipiente y del congelador esto ocurre una hora o dos después de poner la bebida en el congelador.
Si queréis una textura más firme tipo sorbete: volver a meter en el congelador y repetir el proceso.
Separar las claras de las yemas.
Montar las claras a punto de nieve dura. Esto es cuando los picos que se forman al retirar el batidor guardan la forma.
Añadir dos cucharadas de panela y segur batiendo hasta que el merengue quede firme y no se mueva ni se escurra al invertir el bol.
Añadir el merengue a la bebida de arroz, mezclando con movimientos envolventes para que las claras no se bajen.
Para servir:

Poner en vasos y espolvorear con canela en polvo por encima.










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