Hoy voy a hacer lasaña de verduras con bechamel vegana. En realidad la receta que me apetecía hacer era la de la bechamel, pero ya que estamos os la pongo en un plato que me gusta mucho.

La bechamel es una salsa sencillita de hacer (si, de verdad y sin grumos) y que vale para un montón de cosas. La cosa consiste en hacer un roux, una mezcla de harina de lo que sea y grasa (aceite, mantequilla o margarina) y añadir un líquido que puede ser leche o no, de hecho una de las variantes de la bechamel se hace con caldo, se llama salsa velouté o salsa blanca. El roux hace que el líquido espese al cocer.

Para que no salgan grumos lo importante es que el roux y el líquido estén a temperaturas diferentes, roux caliente/líquido frío (o del tiempo) o al revés. Hay que remover sí, y es más fácil ligar la salsa añadiendo el líquido en varias veces que de golpe, pero no, el sentido de giro, las fases de la luna, ni el hecho de parar de remover un rato se van a cargar vuestra bechamel.

A mí me gusta tostar un pelín el roux para darle más sabor a la salsa pero eso es cuestión de gustos si os gusta la bechamel más neutra no lo tostéis.

En esta receta he usado bebida de avena, que espesa algo más que las otras bebidas vegetales (serán los mucílagos de la avena) pero se puede usar cualquiera poniendo un poco más de harina. No os aconsejo la de arroz porque la salsa queda muy dulce. Si sois celiac@s podéis probar con cualquier otra bebida vegetal. Aunque todas las bebidas vegetales van a dar salsas algo más dulces que la que se hace con leche, quedan muy ricas. Probablemente la menos dulce sea la de soja.

Esta vez la he hecho con harina de arroz pero no hay ninguna razón especial para ello, sencillamente me apetecía. Se puede usar cualquier harina, no es necesario usar harina de trigo, el gluten no es responsable de la textura de la bechamel, la cosa tiene que ver con el almidón y de eso tienen todos los granos. Al usar harina de arroz la textura de la bechamel es un poco granulosa, no grumosa sino un poco como las papillas de niños en la que se notan los polvitos, así que si la queréis muy lisa y brillante la podéis pasar por la batidora después de cocerla, que queda estupenda (creo que se puede ver en las fotos, la de la sartén se ve menos lisa que la que está puesta encima de la lasaña, no es que sea otra, es que la pasé por la batidora).

La lasaña es un plato tirando a laborioso y un poco largo de preparar. Cierto pero se puede hacer por partes, y dejar la lasaña montada y lista para gratinar en la nevera. Es más, se congela sin problemas, así que una vez metidos en harina podéis preparar dos fuentes, y congelar una para otra vez, no se tarda mucho más. Además se puede rellenar de casi cualquier cosa, unos restillos de guiso de lo que sea siempre quedan más resultones con unas capas de pasta, una bechamel por encima y un poco de queso gratinado.

Podéis usar queso vegano (me gusta mucho el de violife), queso queso, o pasar de queso y poner unas migas de pan tostado con aceite y ajo en plan crumble sobre la bechamel.


Raciones: 6

Tiempo de preparación: 1 hora y media.

 

Ingredientes:

  • Unas 12 placas de pasta para lasaña.
  • Dos berenjenas.
  • Dos calabacines.
  • Dos cebollas.
  • 300g de champiñones.
  • 200 ml de salsa de tomate.
  • Dos guindillas frescas (opcional).
  • Queso rallado.
  • Aceite de oliva.
  • Sal y pimienta.

Para la bechamel:

  • 700 ml de bebida de avena sin azúcares añadidos.
  • Una cucharada bien colmada de harina de arroz.
  • Dos cucharadas de aceite de oliva.
  • Sal y pimienta.

 

Preparación:

Lavar y cortar las berenjenas en dados pequeños. Podéis pelarlas si queréis pero no hace falta.

Se puede salar la berenjena y dejarla soltar agua durante unos 20 minutos para que no amargue, pero hace siglos que no he comprado una berenjena amarga, no sé qué les han hecho (las de mi huerto a veces si amargan, cuando hace mucho calor y hay poca agua, o sea en casi cualquier verano normal de Madrid).

Pelar y cortar las cebollas en cuadraditos.

Lavar las guindillas y cortar en rodajitas , sin semillas si no queréis que pique mucho.

Poner un chorrito de aceite en un wok o una sartén honda.

Añadir las cebollas y las berenjenas con una pizca de sal, saltear a fuego medio para que se doren un poco.

Lavar y cortar los calabacines en dados.

Añadir los calabacines al wok cuando la cebolla empiece a estar transparente. La berenjena tarda más en cocinarse que el calabacín.

Seguir cocinando a fuego medio, salteando. No bajéis demasiado el fuego o el agua que sueltan las verduras se irá acumulando, os quedarán las verduras cocidas y demasiado caldo.

Lavar o pelar los champiñones y cortar en trocitos pequeños. Poner los pies (pelados y cortados) en el wok.

Cuando las verduras estén blanditas y un poco deshechas, añadir los champiñones y la salsa de tomate. Cocinar dos o tres minutos.

Si el guiso queda muy líquido subir el fuego y reducir removiendo bien para que no se pegue.

Retirar del fuego.

Mientras se cocinan las verduras podéis ir preparando la bechamel.

Poner una sartén a fuego suave con el aceite y la harina de arroz.

Remover hasta que la mezcla burbujee. Podéis seguir cocinando hasta que tome un poco de color.

Añadir un buen chorro de bebida de avena y remover hasta que el roux quede bien disuelto, seguir añadiendo bebida de avena y removiendo para homogeneizar la mezcla.  Al principio la salsa queda muy líquida y no parece que eso vaya a espesar, pero lo hace. No hace falta remover todo el tiempo pero dadle unas vueltas de vez en cuando despegando bien lo que haya por el fondo y las paredes.

Cocinar unos 15 minutos a fuego suave, añadir sal y pimienta.

Pasar por la batidora para que la bechamel quede lisa y brillante. Si os ha quedado muy espesa podéis añadir un chorrito de bebida de avena directamente en el vaso de la batidora.

Preparar la pasta como se indica en el paquete. En mi caso abundante agua hirviendo  con un poco de sal, cocción de 4 a 5 minutos y sacar las láminas de pasta del agua de una en una y dejarlas sobre un trapo o papel de cocina sin que se toquen entre ellas.

Ya podemos montar la lasaña:

Precalentar el horno a 200ºC. Con grill o sin él, dependerá del tipo de pasta que estéis usando, unas necesitan un tiempo de horno más largo que otras. La temperatura del horno también puede ser diferente, mirad en el paquete de pasta.

Engrasar una bandeja que pueda ir al horno, cuadrada.

Colocar una capa de pasta en la bandeja.

Colocar una capa de guiso de verduras.

Por encima un poquito de bechamel, esto es opcional, se puede poner toda la bechamel arriba si se quiere.

 

Repetir: capa de pasta, guiso, bechamel.

Se pueden hacer dos o tres pisos.

Terminar con una capa de pasta y una capa de bechamel, espolvorear por encima queso rallado o queso vegano, o migas de pan o un poco de levadura nutricional. O nada, que la bechamel gratinada también está muy rica.

Hornear durante unos 30 minutos (otra vez depende de la pasta). Si la capa superior no se ha dorado lo suficiente podéis acabar con un poco de grill.

 

 

Para servir:

Dejar reposar unos 5 minutos para que temple un poco antes de cortarla, se desmonta menos.

y ¡a comer!