Un año más las fiestas navideñas han llegado a su fin y aunque los Reyes Magos ya se hayan marchado, esos kilitos de más que todos cogemos no se han ido con ellos. Por eso os invitamos a empezar esas dietas con una depuración post navideña que os limpie un poco el organismo de grasas y azúcar.

Como os venimos contando últimamente en el blog, los órganos involucrados en este caso son, sobre todo, el hígado, los riñones y, por supuesto, el intestino.  Lo primero que haremos será centrarnos en el hígado, el órgano central para nuestro bienestar digestivo.

Es el encargado de filtrar aquello que comemos y pasar los nutrientes a la sangre, por lo que tenerlo en perfecto estado nos asegura una buena asimilación de nutrientes. Para ayudar al hígado en estas funciones, se pueden tomar varias plantas, ya sea en infusión o en otros preparados, como puede ser la alcachofera, el cardo mariano, el rábano negro. Lo importante es tomarlas siempre en ayunas con un gran vaso de agua y con 10 o 20 días de depuración es suficiente. Eso sí, recomendamos que mientras se haga esta limpieza, no se beba alcohol, se haga dieta de grasas y tampoco se fume porque al final aunque estas plantas cumplen su función por sí solas, es mejor ayudarlas portándonos bien.

En el caso de los riñones, también es esencial aumentar la ingesta de líquido, preferiblemente agua. Las plantas diuréticas por excelencia son el diente de león y la cola de caballo, pero existen muchas más como la vara de oro, el abedul o la fumaria. Todas ellas se pueden combinar haciendo un preparado e incluso se pueden mezclar con las depurativas del hígado.

Los efectos de las depuraciones no solo se notan en el peso, sino en la piel, se muestra mucho más luminosa o incluso en el estado de ánimo, uno se encuentra mejor, con más energía. Hay varios estudios científicos que relacionan la baja energía y el estado de ánimo con el alto consumo de grasas y azúcar cuando se dejan de tomar.

Aunque la información presentada puede servir de orientación, en ningún caso debe ser considerado como prescripción o recomendación para ninguna enfermedad. CONSULTE SIEMPRE A SU MÉDICO DE CONFIANZA.