El silicio orgánico es otro de los suplementos alimenticios que nos ayuda a preservar el bienestar de nuestras articulaciones y huesos. Se trata de un mineral que en su forma natural no es asimilable por los seres vivos. Los humanos lo extraemos a través de las plantas que lo contienen ya que han sido ellas las que lo han convertido en silicio orgánico que sí lo puede absorber el cuerpo humano junto con otros minerales.

Lo encontramos en verduras de hoja verde tales como las espinacas o la lechuga. Aunque también está presente en los cereales integrales, especialmente en la avena, la cebada o en frutos como la remolacha o el aguacate.

El silicio es muy importante para el correcto funcionamiento de nuestro organismo porque está presente en la mayor parte de los tejidos, tanto en la piel, como en las uñas o el pelo, pero también en las articulaciones, los huesos y los dientes.

Al igual que el ácido hialurónico o el colágeno, que veíamos la semana pasada, el silicio es usado por muchos como tratamiento antienvejecimiento. Ayuda a la piel a restaurar el tejido dañado, prevenir las arrugas y la flacidez de la piel. Aunque la verdad es que tiene muchas más funciones porque interviene, a su vez, en la formación de huesos, permitiendo su correcta mineralización, sobre todo de calcio, y de tendones, ayudando a su elasticidad.

Además, el silicio tiene un papel muy importante en la síntesis de la elastina y el colágeno, que como ya vimos también frena el deterioro de la articulación y los huesos fruto del desgaste deportivo o sencillamente de la edad. Por eso, está especialmente indicado para prevenir y tratar la artritis.

Otra de sus funciones fundamentales es ayudar a la reconstrucción de membranas celulares haciéndolo muy eficaz en el tratamiento de distintas patologías de la piel como pueden ser quemaduras provocadas por el sol o, incluso, la psoriasis.

Por último, y no menos importante, queda destacar que el silicio es un potente analgésico y antiinflamatorio por lo que previene y trata contracturas musculares y tendinitis.

 

 

Aunque la información presentada puede servir de orientación, en ningún caso debe ser considerado como prescripción o recomendación para ninguna enfermedad. CONSULTE SIEMPRE A SU MÉDICO DE CONFIANZA.